miércoles, 15 de junio de 2011

Fantasmas.

El Chef Asesino coloca el plato sobre la barra de mármol del bar y dice:
- ¿Quién quiere repetir otra vez?
De pie en el vestíbulo, desperdigados, refugiados en las sombras de los nichos y las hornacinas, la señora Clark y Miss América, la Condesa Clarividencia y el Conde de la Calumnia, todos permanecemos de pie, masticando. La grasa nos reluce en las barbillas y en las yemas de los dedos. Todos tenemos platos de cartón aceitosos en la mano. Masticando.
- Deprisa, antes de que se enfríen- dice el Chef Asesino-. Estos llevan especias cajún. Para disimular el olor a flores.
Se refiere al olor de la colonia o de la sal de baño de la Camarada Sobrada, o tal vez de su pañuelo de encaje, algo dulce que huele a rosas. El Chef Asesino dice que dos tercios del sentido del gusto se basan en el olor de la comida.
Miss América se acerca y le tiende su plato. El Chef Asesino se mete una viruta marrón en la boca y luego la saca con los dedos deprisa.
- Sigue caliente- dice, y sopla sobre ella. Con la otra mano se dedica a colocar virutas pequeñas de carne en el plato de Miss América.
[...]
Y aquí estamos todos de pie, masticando. Nadie dice: ¿Vamos a por más? Nadie dice: Tenemos que envolver lo que queda y llevarlo al subsótano antes de que se convierta en un problema sanitario...
No, aquí estamos, lamiéndonos los dedos.
Todos escribiendo y reescribiendo este momento de nuestra historia. Inventándonos cómo el señor Whittier mató sanguinariamente a la Camarada Sobrada. Y lo que el fantasma de ella hizo para vengarse.
Nadie la ve bajar por las escaleras. Nadie la oye caminar por la moqueta del foyer del segundo rellano. Nadie levanta la vista hasta que ella dice:
- ¿Tenéis comida?
[...]
- ¿ Qué estáis cocinando?- dice-. Dadme un poco...
Nadie dice nada. Todos tenemos la boca llena.
[...]
La Camarada Sobrada mira el cuchillo y la viruta de carne que todavía tiene en la mano.
En el trozo de carne hay una rosa tatuada que ella no había visto nunca. Salvo cuando se miraba al espejo. Aunque ahora está un poco tostada.
La cara del Conde de la Calumnia permanece escondida mientras él se dedica a lamer su plato.
La Camarada Sobrada dice:
- Solamente estaba desmayada...
Dice:
- Estaba desmayada...¿y os habéis comido mi culo?
Mira el plato de cartón vacío y grasiento que queda sobre la barra del bar y dice:
- ¿Me habéis dado de comer mi propio culo?



Chuck Palahniuk.

Opinión personal:
Este libro no va a gustarle a cualquiera. Hay que tener estómago y un humor cínico. A veces te hará vomitar, otras hará que sonrías o te enternezcas de una forma diavólicamente extraña. Me he leído todos los libros de este autor y puedo decir que me encanta su obra entera. Pero este libro en concreto creo que es el mejor. Las razones son que es un libro complejo, con muchos personajes. Cada uno de ellos con su historia particular, sus fantasmas. Con personalidades e historias excéntricas y fantasiosas. Asquerosas e irreales. Su forma de narrar hace que te metas tanto en la historia que crees que estas allí, con ese grupo de gente, sufriendo como ellos y pensando como ellos. Incluso llegas a pensar que podría pasarte a ti alguna de las cosas que les suceden a ellos. Es una historia que te hace pensar y replantearte muchas cosas. Os lo recomiendo de corazón a los que les guste este tipo de literatura.